3. Después
Las toallas parecen requerir menos mantenimiento del que realmente requieren ya que, después de múltiples lavadas utilizando detergente y otros productos para tela, estas sustancias dejan residuos en el tejido de las toallas, haciéndolas menos absorbentes y generando un olor desagradable. Para obtener toallas frescas con las que puedas mimarte después de cada baño, lávalas dos veces, una utilizando agua caliente y una taza de vinagre blanco, otra utilizando agua caliente y media taza de bicarbonato de sodio. Este enjuague retirará el exceso de detergente acumulado y renovará la textura, ante lo cual puedes aplicar unas gotas de tu aceite esencial preferido para que se active con el vapor del baño y tus toallas estén intensamente aromatizadas esperándote para envolverte en una deliciosa experiencia olfativa.